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Benjamin Navas

"Una semana conociendo el potencial del Bosque "La Esperanza""

Conocí de Bosque La Esperanza desde publicaciones en redes sociales que promovía la Fundación Great Leaf, posteriormente tuve la invitación de la PhD Andrea Narváez para colaborar con el proyecto de monos aulladores y cámaras trampa, por lo que ahí comienza mi experiencia que, para ser sincero, al inicio, pensé que el tiempo me sobraría, pero fue todo lo contrario.



El trabajo que lleva Anelio Loor día a día, es un trabajo que entre más manos ayuden, más avanza. Junto a Génesis Chonillo, con quien compartí esta experiencia, pudimos ayudar a Anelio no solo con el proyecto de Monos aulladores (que fue nuestro objetivo principal), sino también en la revisión de cámaras trampa, fenología de la flora, desarrollo del vivero y adicionalmente, registramos aves tanto visualmente como por captura con redes de neblina.



Los monos aulladores fueron esquivos al principio pero con el pasar de los días, pudimos registrarlos más seguido, sus vocalizaciones y comportamientos, como siempre fueron un honor de presenciar. Determinamos sus comportamientos y dieta en los que pudimos avistar y quedo bastante material audiovisual que esperamos sirva en pro del proyecto.



Visitamos los senderos recién realizados por estudiantes hace solo unas semanas atrás y pudimos encontrar en ellos y en las quebradas, a la fauna y flora propia de bosque húmedo, tuve alrededor de 13 gb de memoria de tantas fotos que pude captar en esa semana y realmente pude aprender bastante del componente flora, el cual Anelio tiene una basta experiencia.

Trabajamos con redes de neblina sin ningún horario fijo, debido a que eso fue algo adicional, sin embargo, pudimos capturar (y posteriormente liberar) aves que no podíamos ver a detalle en simple vista, apreciarlas tan de cerca y ver detalles en su morfología. También registramos un murciélago, pero no estuvieron activas las redes en las noches debido al cansancio de todo el día de trabajo.



Finalmente, la última noche del último día junto a Anelio, Génesis y Sonyun (el hijo de Anelio) esperamos durante dos horas la salida de un posible registro de cusumbo (u olinguito, pero más apunta a cusumbo). Este animal ya había llamado la atención de Anelio días atrás, al él escuchar ronquidos que salían de un hueco de un árbol que se encontraba a unos 7 m del suelo. Durante los días anteriores veíamos un dorso en el día y de noche el hueco se encontraba vacío, por lo que tomamos la decisión de esperar la salida del animal. Fue cansado debido a que debíamos estar atentos mirando todos hacia arriba con linternas esperando cualquier movimiento de este mamífero y después de largos minutos de apreciar solo su cola o levemente su cara, se animo a salir rapidamente; debido a la rapidez, las fotos de cuerpo completo tampoco fueron perfectas, sin embargo, la experiencia y las fotos realizadas, es algo que demuestra lo dificil y bonito de trabajar en campo.




Concluyendo... recordaré esta experiencia y agradezco la oportunidad, recomendaré este bosque, trataré de apoyar en lo que me sea posible y definitivamente regresaré en algún momento, porque escuchar el objetivo de Anelio de recuperar zonas de bosque, unir parches y ver su constancia con el tiempo, inspira. Después de una semana de convivir en este bosque y conocer quienes trabajan y sus proyectos dentro del mismo, le das un propio sentido del porqué ese parche de bosque se llama “La Esperanza”.

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